

Las personas a medida que pasan los años, entran en el grupo de riesgo de sufrir enfermedades crónicas propias del envejecimiento.
Se denominan enfermedades crónicas aquellas de larga duración que avanzan de forma lenta y aunque cualquier persona puede desarrollar un cuadro de este tipo, son más comunes en los ancianos.
Entre las enfermedades más comunes están:
- Artritis y Artrosis: La artritis es una inflamación en las articulaciones que suele provocar hinchazón. La artrosis suele ser una consecuencia de un cuadro de artritis grave.
- Desnutrición: Las personas mayores tienen tendencia a perder el apetito, por lo que su ingesta de proteínas y vitaminas disminuye, pudiendo llegar a provocarles desnutrición.
- Alzheimer: Es una de las enfermedades más temida por los ancianos, ya que consiste en una pérdida progresiva de su memoria y sus habilidades mentales.
- Párkinson: Es una enfermedad neurodegenerativa producida por la pérdida progresiva de neuronas. Se reconoce por un trastorno del movimiento, pero no es el único síntoma.
- Hipertensión arterial: Es común que los ancianos tengan la presión arterial alta pero este síntoma no debe tomarse a la ligera ya que la hipertensión arterial podría provocar problemas cardíacos más serios.
- Osteoporosis: Es la consecuencia de la disminución de la cantidad de minerales en los huesos, por ejemplo, de calcio. A causa de este problema, los ancianos tienen mayor posibilidad de sufrir fracturas.
Para mantener y cuidar de la salud del anciano es necesario conocer las principales enfermedades crónicas que los pueden aquejar y así recibir la orientación adecuada del especialista.